¡Tu peor enemigo es… La postergación!

Una de las peores excusas que podemos imponernos es decir… ¡Lo dejo para mañana o para más adelante! Te ha pasado que cuando sientes ese impulso de realizar algo nuevo en tu vida, tú mismo te dices ¿y si lo dejo para otro día? ¿quizás no sea el tiempo de realizarlo? O peor aún, “Tengo tanto para hacer, que mejor no lo hago ahora…”

La lista puede ser exageradamente grande de excusas. No nos damos cuenta que estamos todo el tiempo saboteando nuestras propias ideas e intuición. Te has preguntado ¿por qué tomamos esta actitud frente a nuestras propias necesidades de avanzar como personas? Ya no te digo como profesionales, sino simplemente como personas.

Te estoy hablando desde mi propia experiencia, no estoy ajena a poner en práctica estas palabras. No creo que haya personas que en algún momento de su vida o etapa de aprendizaje, no haya postergado algo en pos de otras cosas o personas.

Esta gran excusa de dejar para mañana, la tenemos marcada a fuego, y es tan real, como nosotros mismos. Es más, mientras estoy escribiendo este artículo, se me cruza por la cabeza terminarlo de escribir mañana. ¡A que no te esperabas eso!

Tú no eres el único que padece esta excusa. Somos tantos, que no nos alcanzaría la vida para terminar de contarlos. Me dirás muy lindo todo, pero ¿cómo lo solucionó?

Por suerte o no tanto, no existen las baritas mágicas que pueda cambiar todo y nos convirtamos en seres totalmente productivos.

Esto lleva consigo unos pasos que se deben tener en cuenta, pero que tampoco son verdades absolutas, porque no creo en ellas, sino que cada persona tiene que analizar de acuerdo a su educación, profesión, ocupación, situación familiar, económica, y demás ítems, si está en este preciso instante, en condiciones de poder tomar decisiones.

Si, de eso se trata de “tomar decisiones”. La postergación se soluciona cuando nos hacemos responsables de nuestra vida cotidiana, de nuestro paso por esta vida y de lo que queremos lograr a corto y largo plazo. Pero esto esta íntimamente relacionado con “la toma de decisiones”, no se basa en otra cosa.

No hay una fórmula exacta que nos permita dejar atrás la postergación, porque por más que queramos, sino tomamos la “firme decisión” de hacerlo y encauzar nuestra energía e inteligencia, en lo que realmente tenemos que hacer para lograr metas, será en vano todo esfuerzo.

Terminaremos nuevamente poniendo excusas, porque nuestra mente esta educada para ello, no te olvides que somos el producto de ella. Si queremos que nuestra productividad se transforme en una puesta en marcha con un significado “literal”, tenemos que dar ese gran salto mental.

Ese gran “salto mental” me refiero a que “tomes esa decisión” que vienes postergando hace mucho tiempo, quizás toda una vida. Tómala ahora, no sigas con la misma postura de siempre, porque después te auto reclamas de que tu vida no avanza.

Te pregunto ¿tu vida no avanza por qué te lo impiden los demás o eres tú el que no toma esa decisión que tanto dejas pasar?

Por supuesto que esto no se cambia de un día para otro, pero si podemos comenzar a dar ese primer gran paso que es “decidir” dejar de postergar el convertirnos en las personas que nos merecemos ser, tanto a nivel emocional como profesional. Nunca te olvides, como me hizo recordar una persona, que si dices algo que vas a hacer, hazlo. No lo digas, ponte en marcha ahora. Que quizás mañana esa idea o proyecto ya no esté ahí porque no supiste tomar esa “decisión”.

Nadie ni siquiera los mejores expertos, se han salvado de sufrir este mal de muchos. Así que no te sientas solo en esta lucha. Recuerda que solo se soluciona cuando das ese primer paso… “Toma esa decisión de ser el protagonista de tu productividad real y no dejes que nadie te arrebate la posibilidad de mostrar todo lo que puedes lograr en tu vida”.